Ilustración por Hector Pineda – Helmet Design
Acaso se trate tan solo del último desengaño, la socialdemocracia es la alternativa que nos dejaron los horrores políticos de finales del siglo XX ya desde finales del XIX. Tras el coste humano y social que supusieron las guerras, los regímenes autoritarios – fuesen fascistas o comunistas – las revoluciones o el capitalismo y sus crisis, la socialdemocracia se postulo a mediados del siglo XX como una alternativa política legítima y viable, a pesar de que el origen de su pensamiento data de finales del XIX. Un fantasma, quizá, de síntesis hegeliana por dos cuestiones desveladas como necesarias: la libertad individual y los derechos ciudadanos por un lado, y la estabilidad política y económica de los estados, por otro.
Si bien hay que admitir que en los orígenes keynesianos de la socialdemocracia había mas de salvar al capitalismo en absoluto declive que de luchar contra el autoritarismo, lo cierto es que los planes contra la pobreza que inauguraron la posterior forma de los estados de bienestar, redujeron las desigualdades que habían producido las guerras, y desde los años 60 y 70 la socialdemocracia fue una alternativa política de exitosa aplicación en Europa. Continuar leyendo